El compostaje es un proceso biológico, que ocurre en condiciones aeróbicas (presencia de oxígeno). Con la adecuada humedad y temperatura, se asegura una transformación higiénica de los restos orgánicos en un material homogéneo y asimilable por las plantas. Los microorganismos, en presencia de oxígeno, aprovechan el nitrógeno (N) y el carbono (C) presentes para producir su propia biomasa. En este proceso, además, los microorganismos generan calor y un sustrato sólido, con menos C y N, pero más estable, que es llamado compost.

FASE 0: APORTE Y VOLTEO

En esta etapa, las unidades familiares (usuarias de la zona de compos­taje) aportan los residuos que han separados de manera selectiva en sus casas.

Durante todo el proceso el oxígeno es necesario para el correcto desarrollo del compostaje por lo que se deberá voltear y airear el compostador de manera continua. Esta acción la realiza el operario de mantenimiento de las áreas de compostaje.

FASE 1: ETAPA MESÓFILA

El proceso de compostaje comienza a temperatura ambiente y en pocos días la temperatura aumenta hasta los 45°C. Este aumento de temperatura es debido a la actividad microbiana, ya que en esta fase los microorganismos utilizan las fuentes sencillas de C y N generando calor. La descomposición de compuestos solubles, como azucares, produce ácidos orgánicos y, por tanto, el pH puede bajar (hasta cerca de 4.0 o 4.5). Esta fase dura pocos días (entre dos y ocho días).

FASE 2: ETAPA TERMÓFILA

Cuando el material alcanza temperaturas mayores que los 45°C, los microorganismos que se desarrollan a temperaturas medias (microorganismos mesófilos) son reemplazados por aquellos que crecen a mayores temperaturas, en su mayoría bacterias (bacterias termófilas), que actúan facilitando la degradación de fuentes más complejas de carbono, como la celulosa y la lignina.

Estos microorganismos actúan transformando el nitrógeno en amoniacos por lo que el pH del medio sube. En especial, a partir de los 60 °C aparecen las bacterias que producen esporas y actinobacterias, que son las encargadas de descomponer las ceras, hemicelulosas y otros compuestos de carbono complejos. Esta fase puede durar desde unos días hasta meses, según el material de partida, las condiciones climáticas y del lugar, y otros factores.

Esta fase también recibe el nombre de fase de higienización ya que el calor generado destruye bacterias y contaminantes de origen fecal como Eschericha coli y Salmonella spp.

Agotadas las fuentes de carbono, y, en especial el nitrógeno en el material en compostaje, la temperatura desciende nuevamente hasta los 40-45 ^oC. Durante esta fase, continúa la degradación de polímeros como la celulosa, y aparecen algunos hongos visibles a simple vista. Al bajar de 40 ^oC, los organismos mesófilos reinician su actividad y el pH del medio desciende levemente, aunque en general el pH se mantiene ligeramente alcalino. Esta fase de enfriamiento requiere de varias semanas y puede confundirse con la fase de maduración.

FASE 4: ETAPA DE MADURACIÓN

Tiene lugar a temperatura ambiente. En esta etapa se producen reacciones secundarias complejas, dando lugar al humus como producto final. Por ello necesita de un período de tiempo más largo que las anteriores.

Dado que el compostaje es un proceso biológico y que depende de la actividad microbiana, es de vital importancia controlar diferentes factores, para conseguir un proceso óptimo. Estos factores son:

• Naturaleza del sustrato sobre el que actúan los microorganismos. Tenemos que tener en cuenta las siguientes características:

• Tamaño de la partícula: La actividad microbiana está relacionada con este factor. Si las partículas son pequeñas, hay una mayor superficie de contacto, lo cual facilita el acceso al sustrato.

• Porosidad del sustrato: los sustratos con poca porosidad se deben mezclar con otros materiales que otorguen la porosidad adecuada para la aireación y retención del agua. Disponer de un estructurante adecuado (principalmente poda triturada) garantiza la porosidad del sustrato y es un factor prioritario en el correcto proceso de compostaje.

• Relación C/N: varía en función del material de partida y se obtiene la relación numérica al dividir el contenido de C sobre el contenido de N total de los materiales a compostar.

• pH: dependerá de los materiales de origen y varía según las fases del proceso.

• Condiciones ambientales, se consideran aquellos factores que tienen que evolucionar correctamente para un proceso adecuado.
  • Temperatura: La temperatura tiene un amplio rango de variación en función de la fase del proceso. El compostaje se inicia a temperatura ambiente y puede subir hasta los 65°C sin necesidad de ninguna actividad para llegar nuevamente durante la fase de maduración a una temperatura ambiente

• Oxígeno: al ser un proceso aerobio, se debe mantener una aireación adecuada para permitir la respiración de los microorganismos, liberando a su vez, dióxido de carbono. Así́ mismo, la aireación evita que el material se compacte o se encharque.

• Humedad: La humedad es un parámetro estrechamente vinculado a los microorganismos, ya que, como todos los seres vivos, usan el agua como medio de transporte de los nutrientes

Una vez terminado el proceso de compostaje, se llevará a cabo el vaciado del compost, que presentará color y olor a tierra. Se procederá al filtrado de este material, utilizando la criba mecánica y/o cedazos, de manera que la fracción fina se utilizará como compost, y la fracción más gruesa, se acopiará como estructurante. Este material más grueso, servirá́ como estructurante en el siguiente ciclo de compostaje o lote, ayudando a arrancar el proceso al estar inoculado con microorganismos.

Consejos prácticos para el cribado de compost

• Dejar el compost al sol para que se seque un poco antes de manipularlo y cribarlo.
• El compost semi-fresco y húmedo es ideal para los alcorques de árboles frutales o como acolchado.
• Si hay muchos microorganismos puede extenderse el compost en el suelo para que las aves se alimenten de larvas e insectos

El compost obtenido en la cosecha deberá tener las siguientes características:

Color y aspecto: El color debe ser entre marrón oscuro y negro. No deben reconocerse los restos iniciales de materia orgánica. Sin embargo, es normal que aparezcan pequeños restos de huevo o materiales más duros como huesos. Estos restos pueden aplicarse con el compost o cribarse y volver a introducirse en el compostador.

Olor: No debe oler mal. Un buen compost huele a tierra de bosque.

Humedad: Cogiendo un puñado de compost y apretándolo se puede comprobar el contenido en humedad del mismo. Si es correcto se humedecerá la mano, pero no debe gotear.

Temperatura: Si al tacto la temperatura del compost es más elevada que la temperatura ambiental significa que todavía se está compostando.

Los suelos, en la gran mayoría del territorio estatal son deficitarios en materia orgánica y el compost puede proporcionarla. Los suelos ricos en materia orgánica tienen una buena estructura que facilita el desarrollo de las raíces, mejora la infiltración del agua y reduce la exposición a la compactación, la erosión, la desertificación y los corrimientos de tierras. Además, es una fuente de alimentos para la fauna del suelo, contribuyendo a su biodiversidad y actuando también como depósito de nutrientes.